jueves, 6 de diciembre de 2007

Relatos de complicidad

Cuando las experiencias de la vida nos colocan una prueba de amor basada en un cuento de hadas, esperas seguir soñando, pero temiendo despertar. Anhelas que los momentos mágicos nunca se acaben o al menos, que las circunstancias no obliguen a poner término a esa magia.Los temores aparecen, se apoderan de tus sensaciones, dominan el centro de tu cuerpo y pierdes el control. Sólo respiras y disfrutas el instante en que vuelas de este mundo y te encuentras con el origen de tus latidos, esos latidos que el corazón permite identificar, pero no definir.La pertenencia y el fuego de poseernos, es lo que de algún modo, nos conecta hasta conseguir la necesidad de sentir. De un momento a otro, mi cuerpo reconoce a su otra parte, se funden y son uno. Esa unidad que es increíblemente inexplicable, pero que encanta…Pero cuando las tempestades pueden más que ese místico amor, entra la desesperación y los dominios se agotan. Cuando las interrogantes invaden sólo tus pensamientos, aún sabiendo que tu corazón cree ciegamente… viene el desgaste y el culmine obligado a esa historia de hadas. Buscas y buscas las razones del por qué esas dudas, y abres los ojos para admitir que te estás hundiendo con esos temores vagos, pero que pueden ser tan destructivos… detenerlos es la misión imposible. Está la necesidad de creer porque quieres hacerlo, por sanidad en la relación y porque amas.Es un mundo nuevo que asusta, no puedo manejar mis sentidos y eso es lo que temo, me siento a prueba de todo, decido sin decidir y permito sin permitir. Creí perdonar, pero no puedo hacerlo si nos soy capaz de olvidar. Renunciar es fracasar, no quiero llevar a la oscuridad una relación que me da vida y que estimula mi esencia de niña y mujer.El sueño, recién está empezando… pero lo hago tranquila, ya que estoy despierta y nada ha cambiado, sólo hay una pequeña modificación, el sentimiento y los latidos son más fuertes y sinceros, nos estremecemos y nos hacemos cómplices nuevamente, aunque en realidad, nunca dejamos de serlo.Las palabras sabias dicen que cuando se hacen las cosas bien y con sinceridad, se cometen menos errores… la estabilidad me ronda y quiero que se apodere de mí, respiro la paz, una felicidad que sólo mi alma comprende, y el único que sabe traducir el lenguaje de mi sentir es esa otra alma.Era necesario llorar y cuestionarse para decidir hoy, mañana será de hechos y entrega, ya somos dos en un mismo camino, lo estamos pavimentando con nuestra mejor madrina, la calma. La extraña euforia me da seguridad, o quizás ni siquiera es eso, pero la historia de hadas sigue… los protagonistas seguimos agregando vivencias para construir nuestro libro de vida.