Me siento distinta… pienso de una forma mucho más centrada, me proyecto de acuerdo a la realidad; critico lo que debe ser cambiado y alabo lo que merece ser destacado. Ya no juzgo por lo que quiero, sino por lo que debo… incluso tampoco, porque no soy nadie para hacerlo. ¡Odié! hasta que me di cuenta que sentir aquello es señal de ignorancia. Fui rencorosa, pero aprendí que me destruía indirectamente… me burlé de situaciones, personas, etc., pero me puse en el lugar de cada uno de ellos. He sido amiga y enemiga, y en realidad, la vida es más de enemigos que de aliados!
Aún así, hoy mas que nunca, amo la vida… sí, esta larga experiencia; un gran juego, donde se pierde y se gana; donde lloro un mar y rio a carcajadas ; donde me enojo y soy pasiva; donde decido, y tengo aciertos y errores; pero sobre todo, donde siento y pienso libremente.
Siempre he dicho que los cambios de una persona no existen, sino que simplemente, es porque nunca hemos conocido realmente… y nos sorprendemos con lo que empezamos a descubrir. Actitudes necias, miserables, mentiras, cinismo; Por otro lado, nos encontramos con personas verdaderas, reales, directas, sensibles y bondadosas… eso es aprender!!! Pero, ¿debemos enseñarnos de esa forma? (…)
“Carpe Diem”… definitivamente es la única forma de analizar y reflexionar quienes somos y para donde vamos encaminados. Aún recuerdo una de las tantas conversaciones con mi papá (muy sabio él), -ya sé de dónde salí! xD!- “Como personas somos amargados porque no sabemos vivir. Estamos tan autopresionados por el futuro y, tan dependientes del pasado… que olvidamos nuestro presente”. Uf!... Ese comentario fue como millones de cachetadas, pero me sirvieron para aterrizar de una vez por todas!
Por eso, desde este preciso momento, sólo vivo el día a día… ¡pero bien vivido! Lógicamente existen y existirán los planes a corto plazo… esos que sabes lo realizables que son. Cuando deje de llorar, reír y enojarme… me preocuparé. Porque ahí, dejaré de estar viviendo.
